Esta pasión que tengo por los peces empezó cuando apenas era un niño de tan solo seis años, mi papá nos llevó a pasar el verano con el abuelo y nos dijo que también iríamos con él a su trabajo.
El trabajo de mi abuelo era salir a pescar al mar todos los días porque era capitán de un barco, se iba tan temprano que aún estaba oscuro y cuando volvía por las tardes traía atún o dorado que es otro tipo de pez.

Una noche mi abuelo me preguntó si mi papá ya me había enseñado a pescar y le dije que no; mi abuelo no podía creer que su nieto aún no sabía pescar y me dijo mañana yo mismo te voy a enseñar. Me emocioné tanto que esa noche casi no pude dormir.

Al otro día me levanté muy temprano igual que mi papá y mi abuelo para poder irme con ellos a pescar, estaba tan emocionado por aprender a pescar. Cuando ya estábamos en alta mar mi abuelo sacó una caña de pescar algo vieja pero me gusto, me dijo con esta caña le enseñe a pescar a tu padre ahora es tu turno de aprender, me enseñó a ponerle el anzuelo y luego la lanzamos al mar, pasó un largo rato sin que algo picara el anzuelo, pensé que no iba a poder pescar nada, ya estaba aburrido y triste porque ya casi íbamos a regresar y aún no había podido pescar nada pero…

¡De pronto!, sentí un jalón fuerte y grité llamando a mi abuelo y mi papá para que me ayudaran. Lo que había jalado la caña era un pez enorme, muy hermoso era la primera vez que miraba algo tan imponente y fuerte mi abuelo me dijo felicidades hijo tal parece que tu primer pez será un pez vela.

Los dos me dijeron al mismo tiempo vamos tu puedes,
agárralo con fuerza y no lo sueltes, vamos que tu puedes, ¡Campeón!.
Todo paso tan rapido pero les juro que sentí como si todo hubiera sido en cámara lenta el pez estaba batallando no estaba dispuesto a dejarse agarrar y luchó con todas sus fuerzas casi me caigo del barco, sino fuera porque ellos estaban conmigo ayudandome envés de que yo atrapara al pez el me hubiera arrastrado.

Después de mucho esfuerzo el que se dio por vencido fue el pez y pude atraparlo.
Todos nos sorprendimos al ver lo impresionante y majestuoso que era ese pez.

¡Ese pez era del tamaño de mi abuelo!.
¡Ese fue el día en que me enamoré de este trabajo!
Desde entonces ha sido mi pasión pero ahora es mi turno de enseñarte a pescar así como me enseñó mi abuelo, y transmitirte nuestro amor por la pesca.

¿¡Pero abuelito, dime cuándo!?
¿Cuando abuelito?

Si, mi papá me dijo que ya no puedes enseñarme porque te fuiste a pescar con tu papá y tu abuelo, también me dijo que va a pasar mucho tiempo antes de que te volvamos a ver.

¡Dime cuánto tiempo tengo que esperar!
Abuelito ¡No sonrías!.

¡Dime cuánto tiempo vas a tardar en volver!
¡No solo sonrías!
Y dime por qué no puedo ir contigo abuelito…

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